
¿Sede de un movimiento titeril nacional?
por
Luz Angélica Colín
Hablar del arte de los títeres en una ciudad con poca tradición titeril contemporánea y con menos memoria histórica registrada, suele no parecer cosa fácil. Sin embargo causa asombro que siendo esta su realidad en cuanto a los títeres, sea precisamente este Querétaro nuestro de cada día, el que por segunda vez congregue a todos los titiriteros de todo el país, por aceptar ser la sede de UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta). Agrupación que se supone debe representar los intereses, el ideario y la misión de los titiriteros del país y que estuvo a punto de sucumbir de apatía y desaliento, por que se percibía desgastada su estructura y urgidos sus estatutos de responder a una nueva realidad para el titiritero contemporáneo.
Se antoja necesario viajar casi 20 años atrás y recordar que gente como Patricia Ostos, Leticia Colina, Leonardo Kosta, la gran Mireya Cueto (heredera de una enorme tradición familiar y artística), el maestro Roberto Lago, Carlos Converso entre los 200 que llegaron, fundaron a través de otro Congreso (el primero), la UNIMA nacional, precisamente en esta ciudad. Cuando se llevó a cabo hubo gran algarabía en las céntricas calles pues esos pequeños seres dotados de vida propia y añadida, denominados “títeres” desfilaron por las principales calles de un otrora tiempo tranquilo Querétaro, frente a cientos de miradas seguramente atónitas.
Un Querétaro que tenía todavía su Cine 2000 (para ver de todo), su Cine Alameda (para ver lo que la buena moral no permite), su cine Reforma (para ver desde un Glenn Miller hasta una pulga atorada en la esquina de la butaca), un Querétaro que te permitía comer taquitos de sesos, grasosos pero únicos en su sabor, bajo el portal que hace la esquina de 5 de mayo y Pasteur, un Querétaro que de la misma manera recibía a esta familia nacional para el Primer Congreso de la UNIMA, para su conformación y su nacimiento.
Resulta pues paradójico que justo cuando UNIMA-MÉXICO aleteaba boqueando sobre estructuras ya viejas, celebre precisamente en esta ciudad que le vio nacer, su Congreso Extraordinario 20 años después, con resultados que resultan poco usuales en estructuras donde se busca generalmente ejercer el poder o la notoriedad.
Gestiones van, gestiones vienen y el ánimo de Pilar Vega no mengua, nos convoca a todos, los poquitos que hacemos títeres en esta ciudad y ahí vamos, hacia el Museo de la ciudad, dónde los espíritus de las monjas coronadas sobrevivientes del segundo Imperio mexicano, seguramente sonreían cómplices y mordaces desde algún resquicio del recinto antes conventual.
En primer término privó un ambiente de camaradería y solidaridad de gremio, cohesión y buen ánimo, lejos se quedaron los resquemores y los resabios de malas administraciones pasadas... ¿para qué echar tierra de hoja sobre los muertos?, sin embargo, se encomió el trabajo bien hecho de otros tiempos.
Se planteó una organización horizontal, en dónde los titiriteros del país se sintieran representados pese a las muy diferentes condiciones geográficas y de trabajo que pudieran significar “Los títeres del desierto” de Sonora, a los títeres de “Dragón Rojo” de Veracruz, o de “Luna Morena” en Guadalajara.
Se integró una mesa directiva “democrática”, en donde por política no pudieran elegirse 2 personas de un mismo estado, ni tampoco se centrara toda su fórmula como en otros tiempos en el D.F., una muestra de ello es que Carlos Converso, su nuevo presidente trabaja con sus títeres en Jalapa, Veracruz, el Secretario de Finanzas Gerardo Jasso en el D.F. (la excepción confirmó la regla) y Fernando Mejía en Culiacán, Sinaloa, amén de que sus vocales y comisiones son de muchas otras partes de la república incluido Querétaro. Una buena forma de que en verdad, los titiriteros del país en su enorme y gigante mosaico, nos sintamos ahora sí representados, tomados en cuenta, pero además trabajemos para lograr un gremio con cohesión y sinergia.
Por ello se propuso que se formaran células en el D.F. por delegaciones, en provincia por regiones, donde se concentraran los intereses comunes, las políticas de trabajo y las ideas, pero sobre todo el ejercicio de la amistad solidaria, que es en último término lo que debiera unir a un gremio que en la historia de este país, tiene larga historia. Historia que se remonta mucho mas allá del 900 A.C. en sus muñecos articulados de la cultura Teotihuacana o en el códice Teokikixtli (del que hablaré en otra ocasión) y nos gritara desde su simiente, desde su tierra de barro rojo: hay que hacer bailar a los dioses, hay que hacer bailar a los dioses... hay que hacer bailar a los dioses...
¡Por el arte milenario de los títeres!
Hablar del arte de los títeres en una ciudad con poca tradición titeril contemporánea y con menos memoria histórica registrada, suele no parecer cosa fácil. Sin embargo causa asombro que siendo esta su realidad en cuanto a los títeres, sea precisamente este Querétaro nuestro de cada día, el que por segunda vez congregue a todos los titiriteros de todo el país, por aceptar ser la sede de UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta). Agrupación que se supone debe representar los intereses, el ideario y la misión de los titiriteros del país y que estuvo a punto de sucumbir de apatía y desaliento, por que se percibía desgastada su estructura y urgidos sus estatutos de responder a una nueva realidad para el titiritero contemporáneo.
Se antoja necesario viajar casi 20 años atrás y recordar que gente como Patricia Ostos, Leticia Colina, Leonardo Kosta, la gran Mireya Cueto (heredera de una enorme tradición familiar y artística), el maestro Roberto Lago, Carlos Converso entre los 200 que llegaron, fundaron a través de otro Congreso (el primero), la UNIMA nacional, precisamente en esta ciudad. Cuando se llevó a cabo hubo gran algarabía en las céntricas calles pues esos pequeños seres dotados de vida propia y añadida, denominados “títeres” desfilaron por las principales calles de un otrora tiempo tranquilo Querétaro, frente a cientos de miradas seguramente atónitas.
Un Querétaro que tenía todavía su Cine 2000 (para ver de todo), su Cine Alameda (para ver lo que la buena moral no permite), su cine Reforma (para ver desde un Glenn Miller hasta una pulga atorada en la esquina de la butaca), un Querétaro que te permitía comer taquitos de sesos, grasosos pero únicos en su sabor, bajo el portal que hace la esquina de 5 de mayo y Pasteur, un Querétaro que de la misma manera recibía a esta familia nacional para el Primer Congreso de la UNIMA, para su conformación y su nacimiento.
Resulta pues paradójico que justo cuando UNIMA-MÉXICO aleteaba boqueando sobre estructuras ya viejas, celebre precisamente en esta ciudad que le vio nacer, su Congreso Extraordinario 20 años después, con resultados que resultan poco usuales en estructuras donde se busca generalmente ejercer el poder o la notoriedad.
Gestiones van, gestiones vienen y el ánimo de Pilar Vega no mengua, nos convoca a todos, los poquitos que hacemos títeres en esta ciudad y ahí vamos, hacia el Museo de la ciudad, dónde los espíritus de las monjas coronadas sobrevivientes del segundo Imperio mexicano, seguramente sonreían cómplices y mordaces desde algún resquicio del recinto antes conventual.
En primer término privó un ambiente de camaradería y solidaridad de gremio, cohesión y buen ánimo, lejos se quedaron los resquemores y los resabios de malas administraciones pasadas... ¿para qué echar tierra de hoja sobre los muertos?, sin embargo, se encomió el trabajo bien hecho de otros tiempos.
Se planteó una organización horizontal, en dónde los titiriteros del país se sintieran representados pese a las muy diferentes condiciones geográficas y de trabajo que pudieran significar “Los títeres del desierto” de Sonora, a los títeres de “Dragón Rojo” de Veracruz, o de “Luna Morena” en Guadalajara.
Se integró una mesa directiva “democrática”, en donde por política no pudieran elegirse 2 personas de un mismo estado, ni tampoco se centrara toda su fórmula como en otros tiempos en el D.F., una muestra de ello es que Carlos Converso, su nuevo presidente trabaja con sus títeres en Jalapa, Veracruz, el Secretario de Finanzas Gerardo Jasso en el D.F. (la excepción confirmó la regla) y Fernando Mejía en Culiacán, Sinaloa, amén de que sus vocales y comisiones son de muchas otras partes de la república incluido Querétaro. Una buena forma de que en verdad, los titiriteros del país en su enorme y gigante mosaico, nos sintamos ahora sí representados, tomados en cuenta, pero además trabajemos para lograr un gremio con cohesión y sinergia.
Por ello se propuso que se formaran células en el D.F. por delegaciones, en provincia por regiones, donde se concentraran los intereses comunes, las políticas de trabajo y las ideas, pero sobre todo el ejercicio de la amistad solidaria, que es en último término lo que debiera unir a un gremio que en la historia de este país, tiene larga historia. Historia que se remonta mucho mas allá del 900 A.C. en sus muñecos articulados de la cultura Teotihuacana o en el códice Teokikixtli (del que hablaré en otra ocasión) y nos gritara desde su simiente, desde su tierra de barro rojo: hay que hacer bailar a los dioses, hay que hacer bailar a los dioses... hay que hacer bailar a los dioses...
¡Por el arte milenario de los títeres!
[Publicado originalmente en Octubre de 2005)
1 comentario:
No sabía tanto de la historia nacional de las agrupaciones de títeres. Qué sigan celebrando muchos años más, pero sobretodo que sigan haciendo reflexionar a niños y adultos con sus manos y sus voces. Gracias
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